Fuimos a cenar y estuvo genial. El camarero muy atento en todo momento y nos fue indicando platos para probar. sitio 100% recomendable
Local coqueto y completo, dónde conjuga la buena cocina, bodega y servicio.
Recomendado en la guía Michelín aunque sin tanto impacto en RRSS, es una apuesta segura para compartir tapas y raciones. Centrada su cocina en crudos (pescado y carne), salazones y platos con toque internacional, la papada es fantástica y muy rico el tataki.
Buena selección de vino por copas y botellas, servicio amable y atento.
Un lugar que se convertirá en uno de nuestros imprescindibles en Zaragoza. Lugar pequeño y acogedor con una decoración minimalista y moderna. Sin embargo, el espacio entre mesas es adecuado con la separación correcta para no estar muy apretados. Tiene una pequeña terraza con tres o cuatro mesas. La carta es perfecta, ni muy extensa ni tampoco se queda corta. Está separada por platos crudos y cocinados. Muy bien recomendados por el camarero, pedimos un par de tapas, ostras y empanadillas de bacalao y luego tres platos para compartir: chirashi de salmón, steat tartar (impresionante) y papada con parmentier y salsa de alcaparra, todo muy bueno y bien presentado, cantidades suficientes para compartir. Hay que hacer un hueco para el postre porque son muy apetecibles, arroz con leche muy bueno y una tarta de queso de las de verdad, con queso azul, muy cremosa y sabrosa. En breves repetiremos. La verdad que últimamente hay mucho nivel en bastantes restaurantes de Zaragoza.
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