Local acogedor en el centro del pueblo de Zarautz. Cerca de una plaza con más bares y mucho ambiente de poteo por las tardes.
Probamos el pulpo y estaba delicioso. Buena ración.
𝙋𝙧𝙤𝙗𝙖𝙢𝙤𝙨 𝙚𝙡 𝙗𝙖𝙘𝙖𝙡𝙖𝙤 𝙖𝙡 𝙥𝙞𝙡𝙥𝙞𝙡, 𝙡𝙖 𝙩𝙤𝙧𝙩𝙞𝙡𝙡𝙖 𝙮 𝙡𝙖𝙨 𝙘𝙖𝙧𝙧𝙞𝙡𝙡𝙖𝙙𝙖𝙨 𝙩𝙤𝙙𝙤 𝙢𝙪𝙮 𝙗𝙪𝙚𝙣𝙤, 𝙣𝙤 𝙚𝙨 𝙪𝙣 𝙗𝙖𝙧 𝙙𝙚 𝙚𝙨𝙤𝙨 𝙢𝙤𝙙𝙚𝙧𝙣𝙤𝙨 𝙘𝙤𝙣 𝙘𝙖𝙧𝙩𝙖 𝙞𝙣𝙩𝙚𝙧𝙢𝙞𝙣𝙖𝙗𝙡𝙚𝙨, 𝙩𝙞𝙚𝙣𝙚 𝙘𝙤𝙢𝙞𝙙𝙖 𝙩𝙧𝙖𝙙𝙞𝙘𝙞𝙤𝙣𝙖𝙡 𝙍𝙞𝙘𝙖 𝙮 𝙖 𝙗𝙪𝙚𝙣 𝙥𝙧𝙚𝙘𝙞𝙤.
𝙇𝙡𝙚𝙜𝙖𝙢𝙤𝙨 𝙩𝙖𝙧𝙙𝙚 𝙮 𝙛𝙪𝙚𝙧𝙤𝙣 𝙖 𝙥𝙤𝙧 𝙥𝙖𝙣 𝙥𝙖𝙧𝙖 𝙣𝙤𝙨𝙤𝙩𝙧𝙤𝙨 𝙘𝙤𝙣 𝙚𝙨𝙤 𝙣𝙤𝙨 𝙜𝙖𝙣𝙖𝙧𝙤𝙣.
𝙀𝙡 𝙨𝙚𝙧𝙫𝙞𝙘𝙞𝙤 𝙖𝙢𝙖𝙗𝙡𝙚 𝙮 𝙡𝙤𝙨 𝙗𝙖ñ𝙤𝙨 𝙡𝙞𝙢𝙥𝙞𝙤𝙨 , 𝙣𝙤 𝙥𝙤𝙙𝙚𝙢𝙤𝙨 𝙝𝙖𝙘𝙚𝙧 𝙤𝙩𝙧𝙖 𝙘𝙤𝙨𝙖 𝙦𝙪𝙚 𝙧𝙚𝙘𝙤𝙢𝙚𝙣𝙙𝙖𝙧 𝙦𝙪𝙚 𝙫𝙖𝙮á𝙞𝙨 𝙨𝙞 𝙗𝙪𝙨𝙘á𝙞𝙨 𝙖𝙡𝙜𝙤 𝙖𝙪𝙩é𝙣𝙩𝙞𝙘𝙤.
El Bacalao espectacular, la tortilla muy buena también. Pero las croquetas de jamón… otro nivel. De verdad lo digo, las mejores que he probado nunca, no lo digo por decir, que barbaridad. Le pongo 5 estrellas aunque me quedé sin probar el pulpo, que es la especialidad de la casa, una lástima. Dejan entrar perretes y el servicio son encantadores. Volveremos seguro.
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