Excelente restaurante próximo a la muralla y la Catedral. En un edificio histórico, sólo por el edificio merece la visita. Personal atento, muy profesional y agradable, el cocinero visita las mesas interesándose por la opinión de los clientes. Muy buen producto con esmerada elaboración. Los típicos platos de la zona como el chuletón son espectaculares pero también tiene otras especialidades como el arroz con cangrejos que probamos, unas inmensas raciones que agotamos por lo bueno que estaba.
Entramos por casualidad buscando poder comer algún plato típico de Ávila, al lado de la Catedral. Local muy pintoresco y acogedor. Comida muy rica, sabrosa y servicio atento y profesional.
¡Qué bien cenamos! Fantástico todo: un pulpo delicioso y muy original, nunca lo habíamos probado así, las alcachofas de temporada buenísimas y un chuletón hecho con cariño, perfecto. Y un trato fantástico, totalmente recomendable, ¡de 10!
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