El mejor codillo de Madrid, su especialidad es hacerlo crujiente, con una carne suave y jugosa que se deshace en la boca. Tiene una extensa carta de cervezas (aunque con esa situación algo mermada) y un menú de comida alemana original. Su ambiente ecléctico, íntimo y acogedor hacen que pasar un rato en este local sea algo que merezca la pena de verdad. Si a eso le añadimos el trato familiar, cercano y agradable sumamos más y más puntos positivos para conocerlo y querer regresar.
Uno de los grandes desconocidos del barrio de Trafalgar en Madrid. Los fines de semana con cada consumición te agasajan con abundantes tapas sin escatimar en cantidad, ni calidad... calamares, huevos rotos, mejillones... ¡todo gratis! Un 10 por este tato al cliente que ya dura varios años.
Entramos por casualidad y nos encantó. Repetiremos sin duda!
Local pequeñito pero con gran variedad en cervezas de importación y un trato inmejorable.
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