Hemos estado comiendo con unos amigos y de maravilla, platos muy ricos,muy amables, merece volver.

Fui este mediodía con mi pareja con la intención de tomar una cerveza y poco más, y al final nos quedamos a comer allí. Simplemente por el trato del camarero que nos atendió nos hizo querer quedarnos y volver. Nada más llegar dudamos de si sentarnos o no porque no había mesas libres fuera, pero ya el camarero nos dijo que nos subiría una mesa (muy atento en ese sentido). Luego nos pedimos un par de cervezas y nos trajeron una tapa muy buena y abundante. Cuando pedimos la segunda cerveza y la carta, nos trajo otra tapa que a mi pareja no le gustaba, y el camarero nos ofreció cambiarla o traerle otra cosa a él, pero le dijimos que no hacía falta porque pediríamos comida. Cuando le pedimos la comida le pedimos recomendación por si era mucha comida o no, y acertó a la perfección. Pedimos la tabla de cecina (exquisita y abundante), calamares a la andaluza (muy buenos y muy bien presentados) y torreznos (mi pareja dijo que estaban excelentes). Por supuesto, en todo momento el camarero muy atento y amable. Si tuviera que recomendar un plato sería la tabla de cecina, ya que no solo estaba buenísima sino que no era el típico plato con cuatro lonchas y unos picos de pan. Muy bien presentada y un verdadero plato. Pero sin duda, el principal motivo por el que volveremos será por el trato con el camarero. Lo único que lamento es no saber su nombre, porque sinceramente es la mejor experiencia que hemos tenido comiendo fuera de casa. Ese chico merece la pena tenerlo en este negocio porque vale mucho y se agradece como cliente.