Ya había estado alojada en el hotel, que me parece una maravilla por cierto, pero al haber sido en época de pandemia el restaurante estaba cerrado. Así que como me quedé con las ganas de probar su estupenda carta volví, pero esta vez solo al restaurante. Pedimos los erizos, que venían con una espuma y jamón ibérico, y croquetas de rabo de toro con anguila y mayonesa de kimchiee de primero, ambos platos tenían una presentación perfecta y un sabor increíble!!! Antes de esto, mientras esperábamos, nos trajeron un pequeño entrante que consistía en una tosta con burrata, jamón y una salsita picante, estaba delicioso. De plato principal pedimos un arroz caldoso con bogavante azul, el plato no era como esperábamos pero he de admitir que nos sorprendió gratamente, estaba exquisito!! Una explosión de sabor en nuestras papilas gustativas!! El vino acompañaba fenomenal el menú elegido. No pedimos postre, ya que comimos mucho, pero el restaurante tuvo otro detallitos con una trufa de chocolate, una galleta de mantequilla y un pedacito de chocolate blanco con frutos secos. Además de todo esto pedimos un café, el total de la cena fueron unos 130€ más o menos. Perfecto para una celebración o una cena especial. El personal de 10!!! Atentos y amables durante todo el servicio!!! Nosotras fuímos a cenar, por lo que no pudimos disfrutar de las maravillosas vistas al Castillo de Santa Cruz. Solo puedo decir que lo recomiendo encarecidamente, tanto el hotel como el restaurante.