Restaurante con varios ambientes donde disfrutar de su variada carta.
Zona de mesas en el exterior, zona de carpas y comedores en el interior.
Servicio rápido y personal preocupado por ofrecer información válida a la hora de decidir que pedir.
De lo que pedimos cabe destacar una buena carne en su punto troceada, las croquetas y el queso con miel y nueces.
Te escancian la sidra pero, si estás en el exterior, dejan hacerlo a uno mismo.
Lugar muy agradable y original (hay que atravesar una cueva en coche para llegar al pueblo), servicio impecable y agradable, carta sencilla y refinada, jardín para soltar los niños, un poco caro, pero me gusto, ya he ido varias veces. en conclusión muy recomendable
En un enclave digno de un poeta encontramos este restaurante remanso de paz, y en nuestra sorpresa, la carta muy buena, variada , rica, aconsejados y muy bien atendidos por Nacho y su compañero.
Todo un acierto.
An error has occurred! Please try again in a few minutes